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La Actitud Digna de la diputada Inés Parra

 

 

Por: Héctor Ramírez Cuéllar

 

La única diputada que votó en contra de la extensión del mandato para que la Guardia Nacional puede seguir participando como parte constitutiva de las fuerzas armadas en actividades de seguridad pública, fue la diputada de Morena, Inés Parra, postulada por en distrito indígena del estado de Puebla. Pero no solo eso, sino que denunció que la complicidad que había tenido la fracción parlamentaria del PRI con Morena para lograr una mayoría absoluta fue motivada por un contubernio, es decir, Morena le prometió a Alejando Moreno Cárdenas, que dejarían de perseguirlo judicialmente, si el PRI unía sus votos para apoyar la militarización de la Guardia Nacional, señalando que se trataba de una relación corrompida que ella no respaldaba y por eso se había manifestado en contra de esta reforma. Señaló, además, que en programa de Morena se manifestaban en contra de esa actuación de los militares y que al apoyar esta modificación legal, su partido, Morena estaba asumiendo una actitud de profunda incongruencia y que ella no deseaba respaldar esos arreglos políticos vergonzosos.

El Presidente de la República, al ser informado que el PRI apoyaba la militarización de la Guardia Nacional, elogió esa actitud diciendo que ese partido estaba recuperando su pasado histórico, ya que estaba rompiendo con la derecha y, en cambio, al referirse a quienes se oponían a esa medida les lanzó cinco adjetivos calificativos injuriosos y agresivos, sin examinar en ningún momento los argumentos que se esgrimían en torno a este asunto.

La diputada Parra, valiente y digna, también señaló que días antes de la sesión de la Cámara de Diputados, los dirigentes del grupo del PRI, que encabeza Alejandro Moreno Cárdenas, se habían entrevistado con el secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, indicando que esta reunión le parecía muy extraña, sin denunciar los acuerdos a que habían llegado en ella.

La legisladora poblana, sin duda, tiene un gran mérito político: resistió las grandes presiones y las manipulaciones que fueron objeto los diputados de Morena y emitió su voto en torno a la militarización de la Guardia Nacional esgrimiendo una serie de razones programáticas y políticas, pero también de convicciones personales, ya que una cosa es la disciplina y la lealtad a un partido y otra muy distinta cuando se trata de asuntos o temas que tendrán una grave repercusión en la vida nacional, en torno a los cuales se humilló la independencia y la autonomía de la Cámara de Diputados y, por lo tanto, esa conducta vertical y enérgica debe ser reconocida como una postura de resistencia frente a los arreglos cupulares, lo que incluso puede poner en peligro su permanencia en las filas de Morena, ya que también ha criticado la conducta política del gobernador de Puebla, acusándolo de haber atacado con suma violencia a un grupo de indígenas en la región serrana de esa entidad federativa.

De los aliados políticos, de Morena, como el Partido Verde y el Partido del Trabajo, que se auto considera de izquierda, solo podemos afirmar que del primero no existe ninguna novedad, ya que siempre actúa a favor del partido que está en el gobierno y lo hace en forma dócil y entregada, pero el segundo sí incurre en una grave contradicción, ya que el pasado se había opuesto a los abusos y a los atropellos de los militares, al participar en el combate contra la delincuencia organizada. Los dirigentes nacionales petistas han permanecido disciplinados y silenciosos, ya que por ningún motivo desean entrar en un choque político con el Presidente de la República, porque desean tener más diputados y senadores en la próxima legislatura, no obstante que la izquierda a nivel internacional siempre se ha opuesto al uso político represivo de las fuerzas armadas, que sería una de las consecuencias políticas de la creciente militarización que sufre nuestro país.

No es inexplicable el acercamiento político entre el PRI y Morena, ya que este segundo organismo tiene en sus filas a muchos miembros o militantes que pertenecieron a las filas del tricolor, aplican sistemas y métodos organizativos y, políticos son propios de ese partido otrora dominante y, por lo tanto, lo que ha sucedido en la Cámara de Diputados no debe producir ninguna sorpresa para nadie sino solo indignación y rechazo por parte de las fuerzas democráticas y de izquierda. Morena, en términos cualitativos, es la nueva expresión política orgánica del PRI, solo que adecuada a las nuevas circunstancias políticas nacionales, es el PRI de nuestro tempo en virtud que solo está reproduciendo los vicios y las deformaciones del pasado partido hegemónico, repitiendo, además, todas las lacras que llegó a tener el PRD, del cual proviene otra gran parte de los lideres morenistas.

Morena es el nuevo partido de estado, ya que está profundamente atado y sojuzgado por el encargado del poder Ejecutivo, como sucedió con el PRI en otras épocas. Por lo tanto, las acusaciones que formuló la diputada Parra como un posible arreglo político condenable entre el gobierno y el grupo de Alito, son totalmente procedentes, explicables y normales, ya que se trata de organizaciones políticas esencialmente iguales, Morena y el PRI.

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