Por: Juan Recabarren 

 

Las obras del tren interurbano México Toluca o como la socialdemocracia de Morena  renombrado “El insurgente” ha sido una obra plagada de irregularidades y desinformación para los pobladores de la zona poniente de la ciudad de México. 

Este martes 16 de enero, antes del mediodía un gran estruendo se escuchó mientras se cimbraban las casas, a unos metros del metro Observatorio, una grúa que maniobraba colapsó cayendo su carga sobre parte de la estructura en obra y la avenida Minas de arena. Quedando destrozados dos carros sin víctimas que lamentar. 

A pesar de que la secretaría de obras argumente que fue solo un accidente y que los daños afectados en parte son culpa de los pobladores por dejar sus carros a orilla de dónde se trabaja, a lo largo de casi 9 años que se iniciaron las obras los pobladores que se organizaron siempre insistieron cuál era el derecho de vía necesario para el tren, cómo para la maniobras durante la obra. La respuesta de la autoridad antes priísta y hoy morenista siempre ha sido la de negar que haya necesidad de derecho de vía. Pero hoy con el accidente nos dicen  otra cosa,  las contradicciones del secretario de obras públicas de la ciudad de México Jesús Esteva, al querer culpar a los vecinos por dejar sus carros ahí o el por qué circulan diariamente los pobladores  sobre una avenida que nunca ha sido cerrada en su totalidad desde que empezaron las obras ni fue acordonada para realizar maniobras. Eso sí, a la media hora la zona estaba acordonada por policía que impedía el libre tránsito de forma excesiva a cuadras de donde había ocurrido el accidente. Además de la presencia inmediata de Guardia Nacional y elementos de la Sedena, la pregunta es ¿Protección de la población o evitar respuesta de la población ante la negligencia de la autoridad?

A pesar de que las autoridades afirman que la obra cumbre de Peña y rescatada para los monopolios por AMLO. Está a menos de un año para ser inaugurada, el tramo en la zona urbana ha sido el más complicado para realizarse no solo por el tipo de suelo, sino por la opacidad de las autoridades en mostrar las afectaciones de una obra de este tipo para la población. Sin proyecto ejecutivo, sin derecho de vía, sin peritajes ni pólizas de seguro en caso de daños y afectaciones. La única forma que se ha demostrado eficaz para que la autoridad atienda y resuelva ha sido la de la presión social. Desde abril del año pasado cuando se inundaron las colonias después de bloquear el paso del río Tacubaya por la obra, y que los vecinos bloquearon y presionaron como el impedir continuar las obras fue como lograron el pago de indemnizaciones por las afectaciones. La socialdemocracia de Morena como camaleón que es, busca calmar a los pobladores no por que la obra vaya a beneficiar a los trabajadores y el pueblo, sino por cumplir a las empresas con las que negocio continuar está obra. Porque la calidad de vida no solo se mitiga con pintar casas o resanarlas, o rellenar baches, e incluso prometer lugares de plazas a los pequeños comerciantes con tal de ceder. 

El problema no está si el tren cuando era proyecto del PRI era malo, y hoy con la 4t es una obra buena, toda obra y megaproyecto en el capitalismo solo beneficia a los monopolios. El tren interurbano ha sido un megaproyecto a base de despojo del agua, territorio. De la gentrificación que desarrollará en la zona de colonias populares.