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Archivo de categorías: Comunismo y marxismo en México

RESPUESTAS DADAS POR DIEGO RIVERA AL CUESTIONARIO PRESENTADO POR EL SR. LEO SAUVAGE, CORRESPONSAL EN NUEVA YORK DE LE FIGARO DE PARIS

Hace exactamente tres años, cuando yo le pregunté qué pensaba acerca de ciertos problemas del momento, usted me respondió: “ lo que piense el partido comunista mexicano”. ¿Es válida todavía hoy esa respuesta, y se aplica igualmente al modo en que el partido comunista mexicano, como todos los partidos comunistas de todas partes, a facilitado y alentado el culto a Stalin?

1.Hoy, como hace tres años, le respondo: “ pienso en todos los puntos como el partido comunista mexicano”, puesto que soy un comunista.

José Stalin. Un hombre de su época

Stalin tuvo una participación muy destacada en la preparación y dirección de la insurrección armada que dio el poder a los bolcheviques. Cuantas veces el naciente Estado soviético tuvo la vida en peligro por las intervenciones extranjeras o por asonadas de “gusanos” Stalin le salvó la vida aniquilando a los enemigos con habilidad y rapidez sorprendente. Bajo la dirección de Stalin se construyó el primer Estado socialista, bajo su dirección se salvó la URSS de la traidora agresión fascista, bajo su dirección la URSS se convirtió en la segunda potencia mundial.

IDEARIO DEL PARTIDO DE LOS POBRES

El Partido de los Pobres, organismo que ha nacido de las entrañas más profundas del Pueblo mexicano y que día a día se templa, se consolida y desarrolla en la lucha y en la guerra revolucionaria armada de los explotados contra los explotadores, expone en forma general los principales objetivos esenciales que fundamentan su razón de ser, conducta y acción.

Nuestros principios y objetivos esenciales son:

1.- Luchar consecuentemente con las armas en la mano junto a todas las organizaciones revolucionarias armadas, junto a nuestro Pueblo trabajador y hacer la revolución socialista…

Desfile del Día del Trabajo en Moscú 1955

Diego Rivera: Solicitud de reingreso al Partido Comunista

Desde que un hombre es excluido de su Partido por los errores que comete, y no reconoce éstos plenamente tratando inmediatamente de rectificarlos, siguiendo desde fuera del Partido la línea política de éste, tan cerca como le sea posible, tratando de corregir sus desviaciones; entonces se encuentra sobre un plano inclinado sobre el cuál se desliza a velocidad acelerada hasta lo más hondo y profundo de su equivocación política que rápidamente se convierte en una posición abierta que lo sume en la contrarrevolución y, necesariamente, lo hace naufragar por fin en la peor traición.
Yo reconozco haberme deslizado sobre ese plano inclinado cayendo por él hasta el encenegamiento contrarrevolucionario del trotskista.