A finales del mes de junio resonaron en el mundo dos trágicos acontecimientos del fenómeno migrante, que se recrudece día con día: en San Antonio, Texas fue hallado un camión con decenas de personas de nacionalidad mexicana, guatemalteca y hondureña en su interior, fallecidas al menos 53 de ellas y otras más bastante graves, aparentemente debido a un golpe de calor provocado por las condiciones climáticas y el acondicionamiento del transporte. Por otro lado, la frontera de Melilla, ciudad española ubicada al norte de Marruecos y colindante con España, fue el escenario de una masacre perpetrada por la policía fronteriza marroquí y español en colaboración, donde murieron al menos 45 personas tras intentar atravesar la frontera de manera masiva.