La aplicación práctica de la reforma laboral tiene un terreno político propicio ya que la mayoría de las organizaciones sindicales que se nucleaban en las filas del Congreso del Trabajo se encuentran en una etapa de gran debilidad social, en una auténtica crisis de representatividad frente a los trabajadores, la CTM está paralizada desde que llegó Andrés López Obrador al gobierno, el PRI ya no tiene fuerza electoral ni política para defender los viejos privilegios del pasado, pero el resto de las agrupaciones que pudieran beneficiarse con estas modificaciones todavía no están preparadas para ser los nuevos titulares de los contratos colectivos de trabajo, ni pueden ganar las elecciones internas para convertirse en sindicatos mayoritarios.