La gran batalla de Stalingrado comienza en el mes de octubre de 1942 y culmina, en medio de un mar de sangre, destrucción y muerte, en el mes de febrero de 1943, cuando en forma definitiva son vencidas las tropas nazis. A partir de este momento histórico, los ejércitos soviéticos logran organizar una enorme contraofensiva, barren literalmente a las tropas hitlerianas, desde Moscú hasta Berlín y finalmente se alzan con la victoria en abril de 1945. La batalla de Stalingrado marca entonces un antes y un después, sin cuyos resultados dramáticos y enormemente destructivos, no puede concebirse el término de la guerra y los inicios de la postguerra.