En México, no hay debate entre las fuerzas políticas, por ejemplo, entre el gobierno y los partidos opositores, por lo tanto, los grandes problemas nacionales no están a discusión, ni a examen. Al revisar los órganos de la prensa comercial, más aún de los medios electrónicos y sobre todo las redes sociales, solo se están enfrentando estas fuerzas por medio de ataques, insultos, descalificaciones mutuas y nadie, salvo algunos periodistas de tendencia progresista, tratan de abordar estas diferencias con calidad ideológica y política, pretendiendo, sin lograrlo, conformar una postura opositora digna, y constructiva que al final permita organizar una alternativa democrática para el futuro inmediato.